Era un tipo normal, delgaducho, alto y con anillos en los dedos pulgares.
No solía hablar demasiado, pero ésto no era un problema para sus clientes; estaban todos muertos.
Solía beber cerveza directamente de la botella en un bar cercano a su casa. La camarera del bar era tonta y con el pelo negro, pero hablaba cinco idiomas. Se hicieron amigos hablando en ruso.
El le confesó que era tanatopractor y la invitó a cenar.
Al ver la cena sobre la mesa ella se declaró vegana.
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